Las manos replegada, paralizadas para siempre, tetimonian las marcas de su larga detencion en los campos de Tinduf. El capitàn K, encarcelado a la edad de 30 años, ha pasado màs de la mitad de su vida encerrado en los calabozos del Polisario. Su cara es digna, a pesar de las humiliaciones, las torturas, el hambre, y una interminable espera. " Jamas pense que un dia volveria a Marruecos" nos dice, sin embargo, el capitàn K detiene el record del cual hubiera podido no vivir, forma parte de los màs antiguos prisioneros politicos del mundo. La descripcion de su condicion de detencion con sus camaradas, no deja lugar para dudas sobre la falta de humanidad de sus carceleros. " En 30 años, no he visto jamas a un soldado del Frente Polisario, son los militares Argelinos que guardaban la prision y, aseguraban los traslados." Detenido, en la flor de su edad, el capitàn K , no vio sus hijos crecer. " Ser prisionero significa la perdida de la nocion del tiempo, los momentos de esperanza se succeden sobre aquellos de desesperacion profunda, nuestra vida cambio realmente el dia,en que tràs haber sobornado nuestros guardias, podimos tener una television, lo que nos permitia ver imàgenes de nuestra madre patria.
» Mi memoria fue violada…»
A partir de ahi, todo cambio, nos dimos cuenta de que nuestro pais hacia grandes esfuerzos para repatriarnos, pero el Frente Polisario negaba que nos tenia como rehenes" prosigue : " Mi mayor trauma fue al llegar a Agadir, no reconocia casi nada, las carreteras, los edificios, habia olvidado que era posible respirar, sin un sentimiento de opresion, durante tres meses, me encerre en casa de mi hija, rechazaba ver el exterior, mi memoria fué violada".