La inminente caída del régimen de Gaddafi hizo sonar la conmoción en el Polisario. Hasta el último minuto, el estado mayor de Tinduf ha abrigado la esperanza de un cambio a favor de su viejo amigo, no menos abastecedor de armas y de divisas. Pero la entrada de las fuerzas de la rebelión en Trípoli y la rápida evolución de los acontecimientos ha barrido las últimas esperanzas de los dirigentes del Polisario.
Para entender la aflicción de los líderes del Polisario por el colapso del clan Gaddafi hay que volver a la década de 1970. En estos tiempos de disputas ideológicas Este-Oeste, el lider libio proveendo siempre con todas sus armas las tropas del Polisario. El impredecible amo de Trípoli cedio el paso a un reparto de funciones con Argel, soñando de hacer del Polisario el sepulturero del régimen marroquí.
Tres décadas más tarde, el objetivo común de Argel y Trípoli, por Polisario interpuesto parece más ilusorio que nunca, pero las subvenciones continuàn gracias a la inagotable riqueza petrolera. Es el peso de ésta deuda que impulsado Mohamed Abdelaziz de volar en rescate de un Gaddafi en sus ultimas ante la revuelta popular. Desde el comienzo de la violencia en Libia, el Polisario no se hizo rogar para enviar a cientos de mercenarios para luchar junto al Guía. Desde sus bases en los campamentos de Tinduf en el oeste de Argelia, los mercenarios del Polisario fueron llevados a Libia bajo la atenta y beneplàcita mirada de la DRS, el temido servicio de inteligencia militar argelina. Pero este teje-maneje no pasó desapercibida. Informes de la OTAN, descifrados por los medios de comunicacion occidentales, han rápidamente puesto de manifiesto la participación de un gran número de elementos del Polisario junto con las tropas leales a Gaddafi. Por último, las declaraciones sensacionales de Seif Al-Islam, el agitado hijo de Gaddafi, han eliminado las últimas dudas que quedaban sobre la participación de Argelia en la ayuda del amo de Trípoli. Seif Al-Islam no pudo ser más locuaz, declarando al diario argelino Al Khabar que «Argelia siempre ha sido un fiel aliado de Libia, a diferencia de otros países árabes, cuyas posiciones no son dignas.»