Marruecos ha reaccionado enérgicamente por los derrapes del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, durante su reciente visita a Argel y Tinduf, en el que hizo observaciones consideradas muy mal ubicadas y abiertamente pro-tésis separatista del Polisario y Argelia.
El gobierno de Marruecos expresó en un comunicado dado a conocer esta semana, su «más absoluto rechazo a los propósitos del secretario general sobre la cuestión del sahara marroquí».
Las palabras de Ban Ki-Moon, el Gobierno añade, «son políticamente inapropiadas, sin precedentes en los anales de sus predecesores y contrarias a las resoluciones del consejo de seguridad.»
Y el gobierno de Marruecos de concluir que «éstos propósitos ultrajantes hiéren los sentimientos de todo el pueblo marroquí».
En la sede de la ONU en Nueva York, muchos representantes diplomáticos de los países miembros del consejo de seguridad se preguntaban qué mosca picó al secretario general de la ONU durante su primera gira en Argelia y en los campamentos de Tinduf.
Estos diplomáticos han expresado detrás del escenario estar intrigados por los comentarios y el sesgo de Ban Ki-Moon, que ha tomado públicamente la lengua y la fraseología ampliamente utilizada por los dirigentes del Polisario y Argelia en el sáhara occidental.
Si el jefe de la ONU ha irritado fuertemente a las más altas autoridades de Marruecos, sus salidas en los medios de comunicación y su comportamiento durante su gira entre Tinduf y Argel, no han encontrado ninguna justificación o explicación plausible a ojos de los diplomáticos de la ONU en Nueva -York.
De hecho, Ban Ki-Moon, que está obligado a ser neutral e imparcial en su calidad de secretario general de la ONU, pregonó a lo largo de su visita en el territorio de Argelia, la vieja canción de los dirigentes de Argelia y el Polisario a saber, la «autodeterminación del pueblo del Sáhara occidental» y «el Sáhara ocupada.»
Sin embargo, no dijo ni una sola palabra sobre la propuesta marroquí de autonomía y menos aún sobre la solicitud de organizar un censo de población en los campamentos de Tinduf, que ha sido formulado en varias ocasiones por la ONU, su consejo de seguridad y sus organismos especializados y espera desde hace años, una respuesta favorable por parte de las autoridades de Argel y la dirección del Polisario.
Más grave todavía, el jefe de la ONU prometió a los dirigentes del Polisario una próxima conferencia de donantes en Ginebra para recoger su nueva ayuda humanitaria, cuando las ONG internacionales y los informes hablan de la implicación demostrada de los mandamases del Polisario en escándalos de desvio a gran escala, de estás ayudas.