Tras el discurso radiotelevisado por el Rey Mohammed VI el lunes por la noche con motivo del 42° aniversario de la histórica Marche Verde, que condujo a la retrocesión de España de las provincias saharianas a Marruecos, el jefe del Polisario Brahim Ghali voló apresuradamente a Argel para consultar sobre este tema, con sus patrocinadores argelinos.
Las firmes posiciones expresadas el lunes por el Rey sobre el futuro del Sahara marroquí aparentemente han desarmado a los dirigentes argelinos y a los del Polisario, especialmente cuando el soberano dijo que «ningún acuerdo es posible fuera de la plena soberanía de Marruecos sobre su Sáhara, y fuera de la iniciativa de autonomía, que la comunidad internacional ha reconocido como seria y creíble».
El discurso real fue recibido como una ducha fría tanto en la sede del Polisario en Rabuni como en el Palacio Al Muradia en Argel.
El torturador Brahim Ghali acudió en busca del consejo del primer ministro argelino, Ahmed Ouyahia, y del ministro de Asuntos Exteriores, Abdelkader Messahel, que lo habrían dirigido sobre la posición a adoptar en reacción al discurso real.
Oficialmente, esta reunión es, según una declaración de los servicios del Primer Ministro, «en la tradición de concertación argelino-saharaui». La declaración, que no menciona el discurso real, afirma que las conversaciones «permitieron en particular evaluar la situación del problema del Sáhara Occidental a nivel regional, africano e internacional y revisar el estado de la cooperación entre Argelia y la RASD «.
Por otro lado, fuentes concordantes aseguran que estas discusiones se han enfocado completamente en el discurso de Mohammed VI y las posiciones firmes que ha extendido sobre el Sahara.
Los dirigentes argelinos, especifican las mismas fuentes, han mal digerido el pasaje en el que el rey declaró que «por lo tanto, las partes en este conflicto deben asumir su plena responsabilidad en la búsqueda de una solución definitiva «alusión hecha al régimen argelino, sin nombrarlo.
Los dirigentes de Argel y el Polisario tampoco apreciaron el pasaje en el cual, el soberano marroquí excluyó la participación de la Unión Africana junto con la ONU, en el proceso de resolución de este conflicto territorial, en que la organización panafricana brilló por su parcialidad cuando reconoció y admitió como país miembro, la llamada «RASD» que, sin embargo, nunca ha sido reconocida por la ONU.
Para el Rey de Marruecos, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es el único organismo internacional facultado para supervisar exclusivamente el proceso de solución de este problema.