Sahara Occidental: Argel encaja con amargura un doble fracaso diplomàtico

El régimen argelino y su protegido el Polisario han encajado la semana pasada, un amargo doble fracaso diplomático en la pelea que le opne a Marruecos en torno al conflicto del Sáhara Occidental.
Después de la retirada oficial por Panamá del reconocimiento a la fantasmal República Saharaui (RASD ), es con gran amargura que los gobernantes de Argel civiles y militares acogen la confirmación por parte de la máxima autoridad de los Estados Unidos de el apoyo de EE.UU. al plan de autonomía que Marruecos propone como una solución política a la solución del conflicto prefabricado por el clan del difunto presidente argelino Huari Bumediene en connivencia y con la ayuda del difunto coronel Muammar Gaddafi.

El Viernes, 22 de noviembre, mientras que el presidente de EE.UU., Barack Obama se preparaba para recibir a la Oficina Oval, su huésped marroquí, el rey Mohammed VI para una primera entrevista a puerta cerrada, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney celebraba una rueda de prensa en la que anunció ante las cámaras de la prensa internacional que para Washington el plan de autonomía marroquí para el Sahara es «serio, realista y creíble».
Para remachar el clavo un poco màs para disgusto de los líderes de los movimientos separatistas saharauis y sus compadres argelinos, la Casa Blanca asegura que este Plan» representa un enfoque potencial que puede satisfacer las aspiraciones del pueblo del Sáhara Occidental para administrar sus propios asuntos en paz y dignidad.»
Declaraciones que han sido tomadas en su totalidad en la declaración conjunta emitida después de la reunión del presidente Obama con el rey de Marruecos y que no sólo refuerzan la posición de Marruecos en el asunto del Sahara, si no que ponen fin a las especulaciónes de los oficialistas argelinos y de los esbirros del Polisario que habían pronosticado un cambio en las relaciones entre Washington y Rabat en beneficio de las tésis separatistas.
Después de perder el apoyo de los socialistas franceses y de la derecha española en el momento de su llegada al poder, el Frente Polisario solo encuentra apoyo en las filas del régimen argelino y, en menor medida, en el lado de África del sur y de escasos estados de América Latina que se ocupan de sus intereses materiales con Argelia. Es seguro que el clan Buteflika, incluyendo los viejos generales, terminaràn algún día por ceder ante la voluntad y los interéses compartidos de los dos pueblos hermanos marroquí y argelino. Mientras tanto, el rey Mohammed VI ha ha hecho ganar a su país, valiosos puntos en la batalla diplomática que le enfrenta con Argelia.

 

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