Los dirigentes del Polisario y sus padrinos argelinos vàn proximamente a encajar un nuevo revés en el asunto del Sáhara Occidental, a pesar de las enormes cantidades de dinero inyectadas de forma indiscriminada en las campañas de Lobbying anti-marroquíes.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá la próxima semana para aprobar el proyecto de resolución sobre la prórroga del mandato de la Misión de la ONU en el Sahara (MINURSO) .
Elaborado por los Estados Unidos, el proyecto de resolución debe ser adoptado el 23 de abril corriente. Sin embargo, el C S ha pospuesto la votación hasta el próximo martes para d0r tiempo a que sus 15 miembros, entre ellos cinco países del grupo, llamado Amigos del Sáhara ( EE.UU., Francia, Reino Unido, España y Rusia), para estudiar el proyecto Américano sometido a ellos un poco tardiamente.
Para sorpresa de los opositores del Reino de Marruecos, Argelia y el Polisario a la cabeza del peloton, el nuevo texto dice un diplomático de EE.UU. con sede en Nueva York, no menciona ningún mecanismo de control de los derechos del derechos en el Sáhara Occidental y no exige tampoco, a la MINURSO vigilar los abusos.
A diferencia de la versión original del informe del Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, en la que recomendaba vigilancia «duradera independiente e imparcial» del respecto de los derechos humanos en el Sáhara Occidental, el proyecto de texto de EE.UU. simplemente alenta a las partes en el conflicto a respetar estos derechos en la zona disputada del sàhara marroquí y en el área de los campamentos de Tinduf .
Por tanto, es un «texto neutral» que los 15 miembros del CS debe adoptar el próximo martes que responde al parecer a los deseos de la parte marroquí. Sin embargo, el proyecto de resolución es percebido como una bofetada politica inflingida al Polisario y a Argelia, así como para muchas firmas de Lobbying y en particular al Centro Robert Kennedy (RFK) de la activista americana, Kerry Kennedy. Està llevó a tambor batiente en las últimas semanas, una vana campaña internacional a favor de un mecanismo de vigilancia de la ONU para los derechos humanos en el Sáhara Occidental.
Pero era sin contar con la vigilancia de la diplomacia marroquí, especialmente la reactividad inteligente del rey Mohamed VI que interviene cada vez, en el momento adecuado para hacer ajustes.