El Enviado Personal del Secretario General de la ONU para el Sahara, Christopher Ross, que comenzó el pasado lunes en Argel, una nueva gira en el norte de África, ha tenido el miércoles por la tarde en Rabat, conversaciones con el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Salaheddine Mezouar .
Pocos detalles se han filtrado de esta reunión, sin embargo, según fuentes bien informadas, el mediador de la ONU no trajo ninguna idea o una nueva propuesta.Se ha contentado, escuchar y tomar nota de las sugerencias y observaciones de sus interlocutores ya sea en Argel, Rabat o en otros lugares.
Sin embargo, Salaheddine Mezouar, agregó la misma fuente, ha aprovechado la oportunidad para transmitir a su anfitrión, la misma posición de Marruecos, que el Rey Mohammed VI había definido claramente en el discurso que pronunció el 6 de noviembre en El Aaiún con motivo del 40 aniversario de la Marcha Verde, es decir: La autonomía es lo máximo que Marruecos puede consentir.
Además ante el callejón sin salida en el cual se encuentra desde hace años la cuestión del Sáhara Occidental y por la incapacidad de la ONU y sus emisarios a hacer mover las cosas, Marruecos se niega a esperar una eternidad una solución política que tarda en venir.
Es en este contexto que durante su última gira en las provincias del sur del Reino, el soberano dio el pistoletazo de salida a la regionalización avanzada que se encuentra en fase de ser implementada como un primer paso en las tres regiones Dakhla, El Aaiún y Guelmim.
El Rey Mohammed VI aprovechó su visita a El Aaiún, la principal ciudad del Sáhara, al anunciar el lanzamiento de grandes proyectos socioeconómicos que requieren una inversión total de 77 mil millones de DH. Estos nuevos proyectos formarán parte de la nueva estratégia de desarrollo para las provincias del sur del Reino.
Es una reacción que las autoridades de Rabat consideran totalmente apropiado ante la intransigencia de los gobernantes de Argel y los dirigentes del Polisario. Ambos permanecen en efecto congelados en su posición inicial al continuar obstinadamente de aferrarse a la opción anticuada de referéndum de autodeterminación y rechazar las solicitudes del censo de las poblaciones de Tinduf que formulan los organismos especializados de las Naciones Unidas.
Incluso la ONU, dicen los observadores, tiene sus manos atadas frente a la intransigencia de los argelinos y el Polisario.