Un disidente del Polisario que recientemente se unió a Marruecos, dibujó una imagen de lo más oscura sobre las condiciones de vida en los campamentos de Tinduf sacudidos últimamente por una ola de protestas y manifestaciones contra la política de represión, persecución y la exclusión que sufren los habitantes de Tinduf.
Hamada El Bihi, un saharaui que logró escapar de los campamentos de Tinduf, dijo que los descontentos saharauis ya no dudan en salir a las calles para denunciar la explotación de su drama y exigir el fin del desvio masivo de la ayuda humanitaria destinada a ellos y que a menudo termina siendo vendida para alimentar las cuentas bancarias de los dirigentes del Polisario y los oficiales de la inteligencia militar argelina.
En una entrevista acordada esta semana a la MAP, El Bihi afirma que gran parte de las ayudas desviadas se venden en el mercado negro de Argelia y Mauritania, como lo demuestran numerosos informes de organismos y organizaciones internacionales.
Tales desviaciones son favorecidas por la ausencia de un censo preciso y transparente de las poblaciones en los campamentos de Tinduf, dijo, añadiendo que la cuantificación de la ayuda se basa en el número de los habitantes en los campamentos entregados hasta la fecha, sólo por el Polisario y por los dirigentes argelinos que no dudan de inflar deliberadamente estos números para solicitar más ayuda.
La distribución de la ayuda humanitaria, dijo, beneficia más a compinches cercanos a la dirección del Polisario, mientras que la inmensa mayoría de los habitantes que sufren de la privación, la miseria y la marginación.
Hoy en día, según él, la situación en los campamentos de Tinduf se ha convertido en «trágica, desastrosa e indescriptible» en razón, dijo, de los «actos de represión practicada por las milicias del Polisario en coordinación con los servicios de inteligencia argelinos «.
El Polisario, concluyó, se encuentra actualmente abrumado por el curso de los acontecimientos, ya que a nivel nacional, se mostró incapaz de satisfacer las necesidades básicas de los habitantes de los campamentos y externamente, demostró que no tiene solución política aceptable a sugerir para poner fin al conflicto que le opne a Marruecos y el calvario que viven los saharauis en Tinduf.