El derecho a la educación es un derecho universal, salvo en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf. Esta violación fue enérgicamente denunciada esta semana por las organizaciones no gubernamentales regionales e internacionales. Durante la 20ª reunión del Consejo de Derechos Humanos (CDH) en Ginebra, estas ONGS han reaccionado enérgicamente en contra de la negación de los derechos humanos en las zonas controladas por la milicia separatista, como es el caso del Frente Polisario en los campamentos de Tinduf.
La organización Acción Internacional por la Paz y el Desarrollo en la región de los Grandes Lagos (APID) lamentó que en estas áreas sigue habiéndo graves violaciónes de los derechos civiles y políticos, los arrestos y detenciones arbitrarias, los asesinatos, la violencia y el abuso sexual contra mujeres y niños.
En su testimonio, los representantes de la APID, sostienen que la libertad de expresión en los campamentos de Tinduf, es uno de los derechos más violados, citando en éste sentido, el caso del poeta y cantante saharaui Najem Allal, quien fue prohibido de realizar cualquier actividad por haber menospreciado el modo de gestión de los campamentos y denunció las condiciones de indigencia de la población saharaui.
La educación es uno de los puntos que las ONGS han denunciado enérgicamente en una reunión celebrada durante la 20 ª reunión del Comité de Derechos Humanos.
Para Naima Korchi, abogado internacional y Anna Maria Stame de la Internacional Demócratica del centro(IDC), el contenido de materias que se enseñan a los niños en los campamentos de Tinduf está lejos de ser conforme con los estándares internacionales.
La práctica, según ellas, requiere que la cultura de origen, se les enseña a los niños para que sigan el vínculo con su país de origen. Sin embargo, en estos campamentos y por razones obvias, los separatistas prohiben a los niños de cualquier forma de conocimiento sobre su país de origen, Marruecos y la cultura marroquí. Paradójicamente, no dudaron en enviar a sus hijos a Cuba, que tiene una cultura que es totalmente ajena. Así que en lugar de tener el derecho a la educación universalmente reconocidos, estos niños son sometidos a ciclos de adoctrinamiento puro y duro para luego ser enrolados en las filas de las milicias armadas.