Los dirigentes del Polisario y sus mentores argelinos, fundaban grandes esperanzas en la victoria de la derecha en las últimas elecciones en España. Diez meses después, solo han podido constatar co amargura, el deterioro de las relaciones con Madrid. La mayoría en el seno del gobierno, miembros del Partido Popular, se han dado cuenta de que el Polisario y en menor medida, Argelia, actuàn en contra de los intereses de España. Desde el secuestro de dos cooperantes españoles y una italiana en el corazón de los campamentos de Tinduf, la desconfianza se ha convertido en la regla para los nuevos gobernantes españoles.
En respuesta a la declaración de Omar Bashir Manis, jefe de la Oficina de Enlace de la MINURSO en Tinduf, quién dijo que no hay ninguna razón securitaria para la evacuación del personal segura de las Naciones Unidas en Tinduf, el secretario de Estado español para la Cooperación Internacional y América Latina, Jesús García dijo que son «irresponsables» los prpositos del funcionario de la ONU.
«Es irresponsable decir que los campamentos de Tinduf son un lugar seguro», admite Jesús García. Por el contrario, advirtió, la información recojida por los servicios secretos españoles y los de otros países que trabajan en la zona, han confirmado la existencia de un riesgo grave de secuestro contra ciudadanos extranjeros que trabajan en los campamentos de Tinduf.
Si los miembros de la MINURSO se sentían seguros en esta región, dijo Jesús García, es que se mantienen en su mayoría bajo la protección de los servicios de seguridad argelinos, desconfiando en las milicias armadas del Polisario, mientras que los trabajadores humanitarios o otros activistas españoles pro-Polisario se les niega esta protección.
Por las mismas razones, Madrid ha reducido drásticamente su ayuda a los dirigentes del Polisario, lo que obligó a cerrar cuarenta oficinas y representaciones repartidas por toda España. Estos últimos operarian con fondos de las ONGS o autoridades locales, sino también con el dinero público, directa o indirectamente concedido al Polisario.
Las oficinas y representaciones del Frente Polisario tenían por misión, por una parte, pedir la ayuda de organizaciones no gubernamentales y a la sociedad civil y, al mismo tiempo, orquestar las protestas y las campañas de propaganda anti-marroquiés. Los dirigentes del Polisario que ya solo tienen como apoyo que el poder Argelino y algunos estados como Cuba en América Latina o África del Sur en el continente negro, ya no saben a dónde acudir.