El New York Post revela la verdadera cara de «dictadora» de Kerry Kennedy

kerry-kennedyEl periodico americano «New York Post» ha dado a conocer la verdadera cara de la llamada activista por los derechos humanos, Kerry Kennedy, la octava de once hermanos del ex presidente de Estados Unidos Robert F. Kennedy, calificandola de «dictadora que reina sobre una república bananera».

Kerry Kennedy, que «pretende ser una gran activista de los derechos humanos, es un monstruo que está arruinando el legado de su padre,» Robert F. Kennedy, escribió el New York Post en un artículo publicado el 1ero de agosto y firmado por Maureen Callahan.

El diario estadounidense revisa los nuevos detalles de la verdadera imagen de Kerry Kennedy, que se convirtió también en la mala fama de ser una cazadora de recompensas a sueldo del régimen de Argel y feroz defensor de causas separatistas del Frente Polisario en su conflicto contra Marruecos sobre el Sahara Occidental.

«Para alguién que es abogado de derechos humanos, no creo que me he encontrado con una persona que tiene poco respeto por las personas que trabajan con ella,» dijo el periódico, citando a una empleado que tuvo que renunciar al Centro Robert F. Kennedy por la Justicia y los derechos humanos (RFK), una propiedad comercial que dirige con mano de hierro la descendiente del fallecido presidente Robert Kennedy.

Otro ex cuadro del Centro RFK transformado por Kerry en un negocio real, cuenta en las columnas del «New York Post» que «a veces (Kerry) asigna personal para tareas particulares cuando sus colaboradores en principio, responden a las llamadas de socorro de todo el mundo «, agregando que estos cuadros, casi todos, excelentes empleados, terminan dando portazo. Al menos nueve empleados salieron del centro a causa del comportamiento cada vez más «errático» de su presidenta, cuyas prioridades cambian de acuerdo a su estado de ánimo y caprichos.

Este comportamiento ha comenzado a tomar dimensiones desproporcionados a partir de 2015, según el diario, añadiendo que el Centro RFK establece el objetivo «vacio» de sensibilizar a los retos de los derechos humanos más importantes que a menudo se pasan por alto, ocupada esta su presidenta por la sed de acumular una buena cantidad de dinero que juega el papel de grupo de presión que sirve regímenes autoritarios como el de Argelia, que además la riega de petrodólares para defender las causas de los mercenarios del Polisario.

En su trabajo sucio, Kerry Kennedy no dice una palabra sobre los graves abusos en los campamentos de Tinduf y no cuida para nada a las autoridades de Marruecos en el Sahara Occidental.

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