La ira de los saharauis atrapados entre las milicias del Polisario y los servicios secretos de Argelia en los campamentos de Tinduf, sigue creciendo. El bloqueo por el Polisario y Argelia del proceso de negociación sobre el Sáhara Occidental no ha ce que alimentar el descontento. Al igual que el disidente Mustafa Salma, los votos del plan de autonomía saharaui en favor del Sahara son sistemáticamente reprimidos en los campamentos de Tinduf,en Argelia.
Este rechazo del derecho fundamental a la libre expresión y la libertad de movimiento ha sido criticado por muchas organizaciones no gubernamentales internacionales, entre ellas Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Ahora es el Instituto Americano IRPP que se une a la ola de denuncias de abusos cometidos por el Frente contra la población saharaui en el territorio de Argelia.
IRPF, que coordina los esfuerzos para apoyar a las víctimas de la persecución y promueve los derechos humanos, considera que éstas violaciónes son inaceptables y deben ser de objeto de investigación internacional independiente.
Consciente de los problemas regionales que perpetúan el conflicto en el Sahara, el IRPP atribuyó el estancamiento a los líderes de Argelia. Para el think tank estadounidense, Argelia aprovecha los beneficios de las ganancias del petróleo para tratar de debilitar a Marruecos y perpetuar un estatus quo tàn insostenible como peligroso para toda la región.
En éste cotexto, la opción de independencia que trata de imponer el Polisario por Argel interpuesto, «no es aceptable e incluso menos viable, debido a que el mundo no quiere otra Somalia en África.»
Una opción rechazada por la mayoría de los saharauis de Tinduf, que vé en la creación de un micro-Estado en el Sáhara Occidental de la amenaza de un brote de la inseguridad, de precariedad y la inestabilidad en toda la región.