Después de haber sido acusado por la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) por el desvío de la ayuda humanitaria a los campamentos de Tinduf, los dirigentes Argelinos y los de los Polisario son pesimistas después de sus decepciones en la ONU.
En el nuevo informe que se presentará en breve al Consejo de Seguridad, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, no evoca para nada la cuestión de la ampliación del mandato de la MINURSO al control de los derechos humanos, como esperaban los dirigentes de Argel y el Polisario. En lugar de ello, Ban incó el clavo, llamando y por primera vez, como siempre lo ha exigido Marruecos, el censo de población en los campamentos de Tinduf.
Ban Ki-Moon, habria asi cumplido las promesas hechas al rey de Marruecos, Mohamed VI, durante su conversación telefónica el 22 de enero y durante la cual se le había dado garantías de que el nuevo informe sería «objetivo y reflejara los hechos «.
Y para decepción del tándem Polisario y Argelia, el jefe de la ONU reconoce los «pasos positivos» realizados por Marruecos en la protección de los derechos humanos.
Para los observadores, es en Tinduf, en territorio argelino, donde el acceso a los observadores y periodistas se controla militarmente y donde el desvío de la ayuda humanitaria es legión, era necesario investigar sobre el respeto de los derechos humanos y no al sur de Marruecos, donde se garantiza la libertad de movimiento y expresión incluso para los pro-Polisario y otros críticos del Reino a su soberanía e integridad territorial.
Por otra parte, a diferencia de las alegaciones de Argelia y del Polisario, Ban reconoce que la situación en el Sáhara Occidental «sigue siendo tranquila en general», y que la inversión pública en el mismo es «considerable», especialmente en infraestructura vial y portuaria.
En vista de los últimos acontecimientos de la cuestión del Sahara, revelan los mismos observadores, es la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental descrita como «seria, creíble y factible» que ofrece más oportunidades para que las partes en conflicto puedan llegar a una solución política negociada sobre la controversia territorial entre Argelia y el vecino Marruecos.