Marruecos y el Polisario se disponen a reanudar las conversaciones informales el 21 de enero en Nueva York bajo los auspicios de las Naciones Unidas para alcanzar una solución a la cuestión del Sáhara Occidental. Pero el problema de miles de saharauis que permanecen recluidos en duras condiciones en los campamentos de Tinduf, en Argelia, sigue intacto. Prohibido el derecho a la libertad de expresión y a la libertad de movimiento, llevan esperando más de 35 años un acuerdo para poder regresar a su país. Mientras tanto, continúan de pagar a costa de ellos mismos la disputa entre Marruecos y Argelia por el Frente Polisario interpuesto.
Enfrentados a la contestacion de los jóvenes saharauis cada vez más sensibles al plan de autonomía propuesto por Marruecos, al igual que el disidente del Polisario Mustafa Salma, el frente separatista multiplica las detenciones y la intimidación en los campamentos de Tinduf. Muchas organizaciones de defensa de derechos humanos expresaron su preocupación por los casos de encarcelamiento, tortura y desapariciones en los campamentos de Tinduf.
Pero lo que realmente está sucediendo dentro de esos campamentos del desierto argelino se ve dificultado por la falta de medios de control internacional.
Aunque el ACNUR està desesperadamente enfrentado a la categorica negativa de Argel de autorizar el censo de población. Los campamentos de Tinduf permanecen prácticamente inaccesibles para las organizaciones no gubernamentales e internacionales, y a los medios de comunicación independientes. Mientras tanto, los dirigentes del Polisario con el pleno apoyo de Argelia, continúan destilàndo un discurso anacrónico sobre la independencia, al cuàl los jóvenes saharauis de Tinduf se han vuelto insensibles.