Los diplomáticos argelinos destinados en las Naciones Unidas en Nueva York fueron presa de una agitacion febril después de la «filtración» del informe que Ban Ki-moon, debia presentar al Consejo de Seguridad el 15 de abril en previsión de la renovación del mandato de la MINURSO.
Una furia justificada que se ha apoderado incluso el representante del Polisario Ahmed Bukhari. Esta súbita conmoción fue causada por la ausencia de toda referencia a la introducción de un mecanismo de control de los derechos humanos en el mandato de la MINURSO.
Los pasajes relacionados con el componente de derechos humanos se limita a subrayar la importancia que tiene las Naciones Unidas a las cuestiones de derechos humanos en la región. Mejor aún, los pasajes filtrados del informe insisten sobre los detalles importantes que han terminado de abrumar a los diplomáticos argelinos. Precisiones tales como la auscencia de recurir a las armas por las fuerzas de seguridad marroquíes durante el desmantelamiento del campamento GDEM Izik en noviembre de 2010.
Los diplomáticos Argelinos, flanqueados por algunos representantes del Frente Polisario, han, sin éxito, movido cielo y tierra en los pasillos de la sede de Nueva York de las Naciones Unidas para tratar de remediar el problema. Esta no es la primera vez que el Frente Polisario y Argelia se confunden en el dossier de los derechos humanos. Durante las recientes conversaciones informales en Malta, el frente separatista había en último momento, decidido retirar ésta cuestion de la agenda de la reunión.
Sin embargo, había tomado la delantera en la introducción de éste asunto. Orientado por los diplomáticos de Argelia, el Polisario ha finalmente cambiado de opinión tras darse cuenta de que su defensa de los derechos humanos iba ser precintada por el caso de Mustafa Salma. Este disidente del Polisario, que fue encarcelado y torturado antes de ser expulsado de los campamentos de Tinduf, por atreverse a defender el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental.