Los jóvenes saharauis en los campamentos de Tinduf están languideciendo en la ociosidad y la falta de acción, reconoce un dirigente que ha manifestado su preocupacion en ver a los jovenes ponerse en contra los dirigentes del Frente apoyados por Argelia.
Las confesiones M’Hamed Khaddad, coordinador del Polisario con la MINURSO, revela un documento confidencial publicado en Twitter, refleja el aprieto en el que se encuentran los dirigentes del Polisario y de Argelia ante el descontento prevaleciente en Tinduf. Un descontento incluso más peligroso que los saharauis de los campamentos son cada vez más conscientes de que están en una situación de rehenes. Los jóvenes, en particular, resienten de servir como una pantalla para la política de Argelia, que explota el Frente Polisario con el fin de continuar a tirar las cuerdas del conflicto del Sáhara Occidental.
Para los saharauis estacionados durante 40 años en los campamentos de Tinduf en el desierto argelino, no existen derechos básicos como la libertad de expresión o de movimiento. Todo saharaui que se atreve expresar una opinión diferente de la línea trazada por Argelia es inmediatamente castigado con pena de prisión o desaparición. Del mismo modo, todos los que trataban de salir de los campamentos sin permiso del Polisario y de los servicios Argelinos del DRS, lo han hecho a su costa .
Los oficiales del DRS argelino son especialmente crueles contra los saharauis más audaces que se han aventurado a apoyar públicamente el plan de autonomía para el Sáhara Occidental. El caso más emblemático es el de Mustafa Salma, el ex jefe del Polisario, que fue encarcelado en 2010 y torturado por expresar su apoyo al plan de autonomia propuesto por Marruecos. Pudo salvarse gracias a la intervención de las organizaciones no gubernamentales internacionales, incluyendo Human Rights Watch y Amnistía Internacional que ejercieron presión sobre Argelia para liberarlo. Una liberacion con un regusto amargo, ya que Mustafa Salma fue prohibido en los campamentos de Tinduf y separado de su esposa y sus cinco hijos, que se quedaron en el infierno de los campamentos.