El año 2017 anuncia un nuevo giro en el conflicto del Sahara Occidental, tanto en la ONU, cuya dirección será confiada a partir de enero al Portugués, Antonio Guterres, como a nivel regional y continental, con el inminente regreso de Marruecos en la Unión Africana (UA).
En la ONU, no es solo la Secretaría General quién cambiará la mano con la sustitución de Ban Ki-Moon, por el ex primer ministro de Portugal, Guterres. Este último, que había prestado juramento el 13 de octubre, como el noveno secretario general de la ONU, dijo que «es el momento de que la ONU reconozca sus defectos y reformar el modo con el cuàl funciona.» Las Naciones Unidas, señaló, necesita «más mediación, arbitraje y diplomacia preventiva.»
Guterres también ex Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR) que conocemuy bien, la cuestión del Sahara y la historia de los campamentos de Tinduf, según los informes, tendría planes para deshacerse rápidamente de la herencia de su predecesor, Ban Ki-Moon, que ha completamente fracasado en encontrar una solución consensuada a la vieja cuestión del Sahara.
No se excluye, de acuerdo con fuentes cercanas a la ONU en Nueva York, que el nuevo Secretario General proceda inmediatamente después de asumir el cargo, al nombramiento de un nuevo enviado personal para el Sahara, en sustitución del diplomático estadounidense Christopher Ross. Sus numerosas idas y vueltas diplomáticas no han avanzado un ápice, la cuestión del Sahara que se encuentra en un punto muerto, desde el nombramiento de Ross en enero de 2009.
Lo que es peor, Ross habría conseguido, precisan en los acogedores salones de Nueva York, de ejercer su influencia sobre el Ban Ki-Moon, para inclinarlo a favor de la tésis separatista del Polisario, una de las causas que el régimen argelino ha elevado hasta convertirse en una de las principales prioridades de su política exterior.
Como prueba, el jefe de la ONU durante el último viaje en marzo de 2016, en los campamentos de Tinduf, había utilizado torpemente el término «ocupación» al hablar de la presencia marroquí en las provincias del sur del Reino, violando de manera flagrante el principio de neutralidad al cuàl debe atenerse como Secretario general de las Naciones Unidas.
En la opinión de muchas fuentes occidentales especializadas, la deriva que padece Argelia, su economía y sus instituciones, los cambios en la ONU, el nombramiento de un nuevo Presidente de la Comisión Africana y el retorno esperado de Marruecos en la UA, son tantos los eventos que anuncian un cambio inminente en la cuestión del Sahara, que es más favorable a Marruecos que a sus adversarios.